Thursday, July 27, 2006

La lluvia en Cincinnati

Me gusta cuando llueve porque el calor se disipa

Clifford prefiere estar adentro y no afuera

Y me hace feliz porque me acompaña


Las nubes esconden al sol

Entonces parece que se hubiese tomado el día libre

Las flores que están en la sobra se abren desesperadas buscándolo

Y las que están a la intemperie se esconden como si las gotas las lastimaran


El olor de la tierra mojada nunca dejará de seducirme

Huele igual aquí y en Mérida y en Pamplona

Fácilmente me transporto y empiezo a disfrutar del verde a mí alrededor

Después de un rato no sé donde estoy

Y estoy donde quiera

Saturday, July 22, 2006

Una más… ¿o menos?

Como les comente hace unos blogs, hace semanas tuve la oportunidad de escuchar las listas de cosas que ciertas personas querían hacer antes de morirse o de cumplir 40 o no sé cuantos años.

Yo, mientras consumo los últimos días que me quedan de ser veinticincoañera me doy cuenta de que carezco de tales listas. Pensándolo seriamente y tratando cuidadosamente de recordar, solo puedo nombrar una cosa que quería hacer antes de irme de Mérida (y por cierto no la hice). Pero además de eso yo no recuerdo tener ese tipo de listas ni recordatorios sobre lo vieja que me voy poniendo o las cosas que no he estado haciendo mientras los años pasan por mi vida sin saber que pasaron. Y a decir verdad las listas por más útiles que sean siguen provocándome la misma ansiedad ya sean para el mercado, para actividades por realizar o personas por llamar.

Aún sin lista, yo he realizado, visto y visitado muchas actividades, lugares, cosas y personas que nunca habían siquiera pasado por mi mente y otras que habían pasado pero que yo veía como maravillas inalcanzables.

Por ejemplo el Circo del Sol, yo recuerdo que lo veía los fines de semana en las transmisiones de ULA TV y siempre pensaba que era un espectáculo maravilloso extremadamente caro, como fuera de este mundo (y lo es), por ende inalcanzable para mí. Pues resultó que no tanto, a finales del año pasado tuve la oportunidad de ver una de sus presentaciones y así como así, sin haber estado en mí lista inexistente presencié un espectáculo súper chévere y digno de estar en cualquier lista. Lo mismo pasó con Nueva York, Chicago, Broadway y la clase con Gendreau. Nunca planee tales hechos, ni les puse fecha de vencimiento pero pasaron y fueron geniales.

También están las cosas que sinceramente nunca pasaron por mi mente y que también así como así se dieron y una vez... más fueron geniales. Entre esas puedo contar conocer San Francisco y sus maravillas, Oregon, ir a Yosemite Nacional Park y escalar allí, caminar por los laberintos de una cueva perdida en Kentucky, recibir clases y ser tutorada por Dr. Cullen y Dr. Eck, y pare usted de contar.

Y así mismo sin mucho preámbulo ni programación, el sábado pasado me fui a las llanuras de Indiana a realizar una de esas actividades que nunca pasaron por mi mente, no estuvieron un una lista, pero que definitivamente goce al máximo.

Saltar desde un avión a más de 13000 pies de altura y disfrutar de 15 segundos de caída libre “con los ojos abiertos” no es algo de todos los días. Tal vez es algo que se vivé una vez o tal vez es una experiencia para repetir… como sea yo la viví y aquí estoy para contarles.

Toda la semana supe que ese sábado sería el gran salto, pero no quise hacer mucha escama (no fuera a ser que a última hora me diera culillos y no saltara). La verdad nunca estuve nerviosa, vi a todo el mundo ponerse su arnés, y subir al avioncito como si nada y verdaderamente eso no me iba a espantar.

Debo confesar que tuve un poco de miedo cuando uno de nuestros compañeros aterrizó en las rodillas sin expresión alguna en la cara absolutamente blanco, cuando vi eso todavía pensé que era normal, pero cuando vi al instructor tratar de resucitar al susodicho con palmitas y cachetas verdaderamente me asusté. Pero como ya estaba en el avión no había nada que pudiera hacer, carraspee y siga como dijo Magdalena tantos años atrás.

Yo estaba callada, más bien concentrada. Hasta que la primera pareja saltó desde mi avión y entre sustos y traspiés un Oh My God! escapo de mi boca. Mi maravilloso instructor Jay, quien por cierto tiene unos cuantos records guines (http://www.mostjumps2006.com/) empezó a hablarme de su vida y sus vivencias como para que no me preocupara. Y de pronto el avioncito estaba vacío y no quedaba más alternativa que saltar y así fue. Yo salté.

No grité porque Jay me dijo que no respira por la boca, pero cerré los ojos por unos segundos, hasta que me di cuenta que debía abrirlos si quiera ver que era lo estaba pasando a mi alrededor. ¿Pueden creer que con semejante caída libre me dio tiempo de pensar, abrir los ojos y todavía tuve que pedirle a Dios que porfa’ el paracaídas se abriera lo más pronto posible porque sentía como que me iba a estrellar contra el mundo? Cabe destacar que la caída fue de 15 segundos, pero yo sentí que unos cuantos siglos pasaron antes de que se abriera el bendito paracaídas.

Cuando el paracaídas se abrió todo fue diferente una paz abrumadora invadió el espacio y entonces empece a disfrutar la quietud y el silencio. Descendimos por 15 minutos más o menos y tuvimos un aterrizaje perfecto. Fue genial, la caída libre es algo que no se puede describir, es algo que hay que vivirlo para poder comprenderlo. Definitivamente lo volvería a hacer pero en unos cuantos años cuando el dinero no sea un problema o algo que me quite el sueño. A los escépticos les puedo sentir que me sentí absolutamente segura aunque tuve que firmar la planilla en que afirmaba que si me moría era responsabilidad mía y de nadie más (jeje).

Por ahora me satisface mucho saber que aún sin tener lista previa he realizado muchas cosas inimaginables e imaginable, he sobre pasado mis limites y he podido llenar mi corazón con emociones irrazonables.

Así, una aventura más se llevo a cabo… o tal vez es una menos por realizar.



Los preparativos


A punto de aterrizar


La prueba del delito


Jay y yo


Los culpables

Friday, July 14, 2006

Back to reality… or sort of

I am back in Cincinnati and as odd as it might sound, I'm enjoying it. I spent the last month in San Francisco and although I didn’t accomplish virtually anything of what I wanted to, it was a great vacation. The main highlights of my visit were as usual, the weekends.

The first weekend, Nate and I babysat Ash, Pudding, and Junior; three crazy cats that live in Oakland with James & Sarah, Nate’s friends.

The following weekend was actually pretty intense, we went with Mike, Yen and John (more of Nate’s friends) to Yosemite for a climbing weekend. This was my first time really climbing outdoors and it was CRAZY-LOQUISIMO, I was pretty excited and a little bit nervous I think. I wasn’t really afraid of the high or the exposure feeling but of my strength and climbing skills. I just started to “regularly” climb in March so I don’t really think I can show off any kind of technique and the same goes for my arms and fingers strength. Anyway, there I was and all I had to do was climb to find out how good or bad I could be.

In spite of all the deliberation done by Nate and his friends about easy beginners routes for me, Nate and I made a mistake and ended up climbing Uncle Fanny http://www.supertopo.com/rockclimbing/route.html?r=yochuncl, a 5.7 route instead of Aunt Fanny a 5.4 one. It was hard but nothing really out of this world and all my yelling was more for the natural fare of the first time than anything else (haha).

Based on my great performance we thought that perhaps I was ready to try Bishop’s Terrace http://www.supertopo.com/rockclimbing/route.html?r=yochbish a classic 5.8 Yosemite hand crack, unfortunately we didn’t take into account my zero experience with “hand cracks”. Oh well, I don’t even remember how long it took me, but I do remember me crying after realizing it was too much for me. Especially because it was way longer than what I should’ve tried for my first time (haha again), so by the time I got to the hard part I was really exhausted and needed a break; recommendations, directions and sure some Kleenex would’ve helped.

I managed to make it, but I was so sore and tired after all, that even thinking was kind of hard. I believe that is how I agreed to engage with the next day adventure.

The next day, we got up early ready to face a whole new and long day, at least for me. We made Royal Arches http://www.supertopo.com/rockclimbing/route.html?r=yoraroya a 16 pitch route that would take us at least eight hours to get to the top. I actually did it pretty good and didn’t cry until our way down. There was only one trouble maker pitch “a classic crack” that I happily avoided by hanging on the rope. After 12 hours of adventure, we had some deserved not quite delicious pizza but good enough at that moment. Then straight to San Francisco where I slept for nearly 15 hours while good Nate went back to work, and that was it. Now that I think about it, we never celebrated in a proper way. Umm, better now than ever!!!.

The following weekend I went to visit some friends in Houston, nothing exciting to share about it. It’s Houston, Texas after all. No, what actually happened was that my friends were having sort of a family crisis, so it wasn’t the happiest weekend ever, but I got to spend some time with them and that’s what matters.

The next weekend, oh my… the next weekend!!! It was kind of the most expected day among Nate’s community. Summer Celebration was just about to start and Saida, Jesse, Nate and I went for it, although we had our own previous one hosted by Jesse at his very nice place in Berkeley.

Anyway, the official Summer Celebration was at Brunslair, you can check it out here http://www.bruinslair.com/home.php it’s a couple of years outdated but the main information is there and it hasn’t changed that much, I think.

Apparently the summer celebration used to be a crazy, liberal, revolutionary, free and open minded party in the middle of the woods that lasted for couple of days. Now it’s pretty much the same, but without the craziness. Or at least that I saw. People were mostly hanging out, getting red, playing board games, cooking, watching movies, riding bikes or hiking creeks, ah dancing of course it’s a party that I’m talking about. As you can see it wasn’t crazy at all. Apparently Nate’s community used to be quite wild, but all their parties I have gone to seem to me more like family/kids oriented reunions.

This celebration happens to be during the 4th of July, since we were in the woods, fireworks were forbidden, thus I have spent the first week of July for the third time in a row in this country and I haven’t seen yet any of its popular and light full independence celebration.

The end of this party was the beginning of my farewell, I think that’s why I was so grumpy... sad grumpy! It wasn’t pretty, and once more, maybe that’s the reason why I didn’t really like Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest. Well, also because it was too gross to my taste.

Finally last Friday after 15 minutes of packing, I was ready to give some sunshine to empty Cincinnati, as my friends mentioned. So Nate took me to the airport and without a single tear we said goodbye.

I was supposed to start working as soon as Monday afternoon and thinking of that I decided to end up my vacation celebration the “beautiful game”. I watch both games on Saturday and Sunday followed by the inevitable afterwards party at the Colombians house, better known as la Casa del Ritmo.

On Monday I was promptly at where I was supposed to be, unfortunately I was by myself. As you might imagine no internship can start without an academic supervisor, and it wasn’t until yesterday afternoon that I finally found her.

Meanwhile, I was taking advantage of my western-time state of mind, going out and chatting with friends until 3 and 4 a.m. and getting happily up at noon or after.

But as I said before, I reached my boss yesterday and today I went to the check in interview (paper work and so on) and I am officially starting on Tuesday at 9am, which means I get four more days of vacation and I am going to have some fun, particularly on Saturday when I’ll be sky diving. Check me out soon guys (I mean the blog), it’ll get hot!!!

Thursday, July 06, 2006

Yo quiero ser una escritora

Tal vez es porque me gusta leer y de vez en cuando me siento cómoda escribiendo, pero a veces me dan ataques de deseos y entonces deseo ser cosas divertidas como escritora. Pero también a veces tengo deseos de ser chef.

Pero cuando uno tiene entre ocho y quince años a uno nunca le dicen que ser escritora o chef es algo que uno puede ser en la vida. La verdad a mi nunca me dijeron lo que debía ser, yo creo que mis padres nunca soñaron con verme convertida en doctora, abogada o ingeniera; claro está que mucho menos se imaginaron que iba terminar convertida en criminóloga con tendencia al estudiantismo (entiéndase facilidad para permanecer por tiempo indefinido en la cómoda posición de estudiante). Y no es que mis padres no tuvieran ninguna expectativa en su hija, es que me dejaron encontrar mi propio camino (es como me gusta pensar que pasaron las cosas).

Así fue como a los 17 años me fui a la universidad sin ni siquiera saber cocinar, ¿como iba yo entonces a sospechar que se puede hacer carrera de chef? Tampoco pasaba por mi cabeza la posibilidad de hacer carrera de escritora, cabe mencionar que para ese entonces ya sabía leer y escribir.

Esas carreras no estaban en mi libro del Centro Nacional de Universidades. Tal vez no son carreras, tal vez son oficios o hobbies que sobre pasan los limites del éxito. Pero yo creo que ahora hay escuelas enseñando como organizar un buen menú o como aprovechar las circunstancias para escribir un buen poema. Entonces tal vez si son carreras.

Creo que lo más cercano que estuve de ser escritora fue cuando tuve ganas de ser periodista, y la verdad no recuerdo como fue que cambié de parecer y en vez de inscribirme en esa escuela me inscribí en la de criminología.

No me arrepiento de haber estudiado lo que estudié, siendo criminólogo uno tiene que escribir más o menos todo el tiempo, entonces se puede decir que si mi deseo era escribir yo lo he estado haciendo realidad. Y en los últimos años tuve la oportunidad no solo de aprender a cocinar sino de hacerlo relativamente bien, aunque yo insisto en que estoy perdiendo mis facultades (hace meses que no cocino algo de lo que me pueda sentir orgullosa).

Quisiera ser una aventurera y lanzarme al mundo a ver que pasa. Quien quita y puedo preparar una receta o escribir un cuento, dignos de atención. No tengo la menor de idea de por qué no lo hago, sigo pensando y pensando en las posibilidades, pero simplemente no lo hago.

Hace días alguien estaba mencionando las cosas que quiere hacer antes de morirse o de cumplir los 40, no sé. Yo no tengo ese tipo de listas o ideas en mi cabeza, pero tal vez sea un buen momento para empezar a tenerlas y tal vez entonces trate de hacer cosas interesantes como escribir un libro, tal vez uno de recetas jaja.

Este blog debe llamarse tal vez, por más que lo intenté no pude dejar de usar esa frase. Es que la incertidumbre quiere apoderarse de mi vida. Tranquilos chicos que yo no la dejo.

Bueno hasta pronto amigos, si quieren compartir sus incertidumbres conmigo “tal vez” me pueden decir que es lo que secretamente quieren hacer en sus vidas y que por distintas razones no lo hacen.