Monday, May 29, 2006

Lección de Tango aunque no tenga nada que ver con esto

La semana pasada Nate estuvo aquí y a mi me pareció chévere que fuésemos a una lección de tango, la instructora es una de mis jefas y la clase era gratis, el plan perfecto para pasar un viernes con mi novio que estaba de visita.

Debo confesar que yo solo quería pasar el rato, nunca me imagine que el momento iba a ser tan romántico y revelador. Romántico porque… pues ahí estaba yo bailando tango con el amor de mi vida, con los ojos bien cerrados, tratando de concentrarme, más tensa de lo que me hubiese gustado; pero definitivamente disfrutando el momento con todo y sus imperfecciones y disfrutando a mi novio quien finalmente estaba de cuerpo presente.

Ahora, revelador porque no he podido dejar de pensar en lo que me di cuenta esa noche.

Resulta que Nate y yo no pudimos bailar bien el tango porque yo iba muy muy rápido. Tan rápido, que siendo él más grande y más fuerte, yo lo llevaba en vez de él llevarme a mí. Al principio no lo note, pero Nate me lo hizo saber: “me estas llevando, me dijo” y yo como que no le creía pero de todas maneras traté de ir más despacio.

Poco a poco me fui dando de cuenta de que en realidad iba muy rápido (entre otras cosas porque este baile es de lo más lento), y yo traté y traté de disminuir la velocidad, pero la verdad no lo conseguí. Hasta la instructora me lo dijo cuando baile con ella, claro que también me dijo que no me preocupara porque era mi primera clase, entonces estaba bien.

La cosa interesante de ir rápido en la clase de tango, es que como siempre me quede unas horas obsesionada pensando en eso y así fue como me di cuenta de que yo voy muy rápido en todo. Pues no en todo pero en algunas cosas, como cuando camino, yo siempre camino muy rápido así no vaya tarde. O cuando hablo, yo hablo muy rápido incluso en inglés, y por eso debe ser que nadie me entiende. Y hasta me di cuenta que en las clases voy rápido (en las que enseño), resulta que siempre planeo un montón de actividades (en caso de que me sobre tiempo) y la idea no es hacerlas todas, sino las que me de tiempo de hacer, pero en el momento de la clase se me olvida y llevo a esos pobres muchachos arriados, me da pesar con ellos ahora que lo pienso.

De tanto reflexionar (yo soy buena en eso) sobre este asunto de mi rapidez en la vida, me dije a mi misma que no era cierto y me di una buena cantidad de ejemplos en los que claramente demostraba que no iba rápido sino que más bien iba lento. Pero esto tampoco me gusto, porque el humor pesimista que me invade últimamente se volvió a meter en mis pensamientos, y llegue a la conclusión de que pienso mucho las cosas y que reacciono con efecto retrasado… cuando como quien dice ya pa’ que.

La verdad es que es difícil aceptar que vivo mi vida al revés. Entonces, no y no me dije, no puede ser que en lo que tengo que ser lenta y relajada lo haga a las carreras y en lo que tenga ser avispada me quede en el aparato.

Así fue como decidí tomar las riendas de mi lentitud y acelerarlas, y de alguna manera disminuir la velocidad de mis carreras. Como consecuencias he hecho algunas cosas que no debí haber hecho y que si me hubiese tomado el tiempo para pensarlas obsesivamente como generalmente hago, seguramente no las habría hecho. He tratado de ser más fiel a mis emociones y lo que sea que siento he tratado de expresarlo, pero de vez en cuando me queda la boca con sabor a sentimiento de culpa y de arrepentimiento. Y la verdad todavía sigo dando carreras a todas horas, aunque tenga tiempo de sobra, y bueno en cuanto al tango no sé, pero seguramente siempre iré más rápido de lo apropiado.

Creo que me hace falta una persona en tiempo real con quien hablar y a quien atormentar con mis locuras y mis obsesiones, alguien con quien hablar, en mi idioma tal vez, cuando llegue a la casa de la escuela. Alguien que me cuente en su idioma sus locuras y sus obsesiones, como para sacarme de la mente las mías. Definitivamente, me hace falta una buena dosis de absurdo de esas que teníamos en la cocina de la casita y que extrañó tanto. Si todavía viviera esos momentos, estoy segura de que estaría más relajada en la vida y no estaría aburriéndolos a usted que con este monologo tenaz.

2 Comments:

At 10:46 PM, Anonymous Anonymous said...

Si hermanita... hace falta la casita.. siempre lo comento con Pepin, llegar alla y q todos llegaran y se fueran, oir los cuentos, reirnos, criticarnos, molestarnos....tomar cafe, cocinar y demas cosas, no crea q la extrañamos nosotras solamente, los muchachos tambien, siempre me comentan...
A mi tambien me hace mucha falta llegar y tener alguien a quien contarle todo, y se ria, se asombre, q meta piquete. jajajaja pero ahi vamos, q mas toca continuar.
en cuanto a su rapidez, q se le va hacer... todo tiene cosas buenas y cosas malas... de todos modos es mejor ser asi q dormido y achantado... y no piense tanto, no se de mala vida, solo RELAJESE Y DISFRUTE...

 
At 10:01 PM, Anonymous sam said...

Me aggrada tu manera de escribir. Creo que es bueno eso de reflexionar, que si lo pensaras bien no lo hubieras hecho. Tal vez si yo hubiera hecho eso no me le hubiera declarado a mi profesor, una accion tan tenaz y aventada nada normal en mi personalidad.
A mi tambien me gustaria reir y hablar hasta por los codos con alguien, sin que este se hartara tanto de mí, y es que llega a ser hartante mi apresurada manera de hablar; pense que tal vez ese alguien podria ser yo misma, pero creo que al final me creerian loca si algun dia se me salen los pensamientos en voz alta.
Espero que te encuentres bien y que todo vaya viento en popa, que vuelvas algun dia a tu casita, para pasarla bien una vez mas. Saludos.

 

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