Monólogos del desayuno

Últimamente pienso mucho en todo, pienso demasiado en algunas cosas y más en otras. Entre tanto que pienso me pierdo y me confundo. Por eso de vez en cuando si la cosa se pone profunda o complicada escribo lo que pienso.

Esto lo pensé/escribí el martes mientras desayunaba y se me hacía tarde para ir a trabajar:

“llamar a John Hagar

e-mail Matt

e-mail Jessy, Caro y Anton

Project EXILE

Corregir, corregir

Corregir

Kay & Ron

Yvonne

(mi lista para el día)

Seguido… como siempre después de un encuentro cercano con listas de cosas “por hacer”, mi monólogo del desayuno:

¿Qué voy a hacer con mi vida?

Hace algún tiempo me irritaba tan siquiera que me preguntaran al respecto. Me parecía un abuso y una intromisión, una falta de respeto. Pero ahora soy yo quien quiere saber que voy a hacer con mi vida. Yo sé lo que quiero para el otoño (septiembre) y blablabla.

Pero ahora en este mismísimo presente… ¿qué voy a hacer con mi vida? Siempre estoy cansada, siempre estoy atrasada con mis lecturas, siempre terminando mis trabajos a última hora, siempre preparando la clase en el último minuto.

Si lo pienso bien, me doy cuenta de que así he vivido básicamente toda mi vida (eso no me da mucha esperanza). Es que yo tengo la sensación de que quiero cambiar algo, quiero ser más eficiente. Pero no sé qué o no sé cómo.

Y es una ironía porque si quiero trabajar en rehabilitación y toda esa paja debería saber las claves para cambiar las conductas humanas y blablabla; pero me aterra empezar a trabajar en la mía. No solo porque es de las cosas más difíciles de cambiar (la dichosa conducta humana), sino por el miedo al fracaso, yo creo.

No sé que va a ser de mí. Todo el mundo es así, tal vez. Grad School!! Es lo que nos repetimos a cada rato.

Pero como hacer para no sentirme culpable por estar escribiendo esto en vez de estar leyendo crime prevention o cj management, o por lo menos alistándome para mi día.

Mis minutos son míos, pero no me siento a gusto con la manera como los invierto.

Si pudiera disfrutar estos segundos plenamente, o la película que veo cada semana, o los ratos que voy al gimnasio, o el tiempo que paso en Internet chateando con mi familia; o en el teléfono hablando con mi novio. Pero ni siquiera en esos momentos puedo dejar de pensar en lo que no estoy haciendo; y tiendo a sentir que estoy perdiendo el tiempo cuando no es así. Afortunadamente puedo darme cuenta de que no es así, aunque la sensación me persigue todavía.

Bueno se acabo el café y se acabo el bagel, ya debería empezar mi día.”

Oh my God! No wonder why I don’t have time to do anything. Look how long this is.

Tal vez estoy mal, como dice Cexar. Tal vez necesito ayuda. ¿Pero quién no, de vez en cuando?

Pero así va mi vida, un poco con metas fijas y planeamiento futurísticos ;-) y un poco “como vaya viniendo vamos viendo”. Con decirles que de la lista de arriba hoy cuando es la media noche del jueves solo he hecho tres cosas (eran todas cosas por hacer el martes, ja).

Y entre tantas cosas me doy el caché de extrañarlos.